Si bien el mismo hecho de grabar a una banda o a una serie de instrumentistas es una tarea difícil, el hecho de obtener una buena toma complica aún más la labor del ingeniero de grabación.
No estamos hablando de técnicas de microfonía o de una batería perfectamente a tempo, en este caso hablamos de como sacar lo más posible de los músicos a los que nos toca grabar, como hacer que lo que quede registrado sea algo memorable y sea lo que el músico pretende mostrarle al mundo.
Seamos sinceros, el estudio de grabación no es el ambiente donde el músico se siente más cómodo. Estamos hablando de un lugar que suele intimidar a la gente porque despojándolo de todo romanticismo elegante están ante un examen, la cinta es la hoja en blanco y lo que sale por los parlantes es la nota que se sacaron.
Sin embargo es posible hacerle sentir al músico que la nota de ese examen es su propia satisfacción y que más allá de cualquier juicio lo importante es que salgan de la sala conformes con lo que hicieron. Para ello nosotros los encargados de grabar tenemos que estar a la altura de las circunstancias y tratar de no comportarnos como doctores en imbecilidad o tener actitudes de diva del boton del REC.
Esto no quiere decir tampoco que tenemos que ser las niñeras de los músicos o tener actitudes complacientes, pero si tenemos que buscar que el músico este cómodo durante todo el proceso y que no se sienta abrumado porque de otra manera lo único que logramos es tensión e instatisfacción.
Una buena toma ¿Es un mito?
De ninguna manera, me pasó de grabar a un baterista con mucha experiencia y un par de discos grabados encima que logró su mejor toma en el primer intento. Tomas sucesivas lo único que lograban era ponerle presión y se hizo evidente que él no funcionaba bien bajo presión.
Esto no quiere decir necesariamente que la mejor toma es la primera pero sí que es necesario donde sea posible quitarles presión a los intérpretes para que esta no vaya en desmedro de su labor.
No todos los músicos son iguales y no pretendo que todos funcionen de la misma manera, así como hay gente que no funciona bajo presión existen tipos que son máquinas y que pueden hacerlo perfectamente bien aunque los este observando una especie de verdugo musical.
Sin embargo, la realidad es que mientras menos presión tenga el músico sus tomas serán casi indefectiblemente mejores. Por eso aunque nos cueste creerlo es nuestra tarea sacarles esa presión de encima donde nos sea posible, no somos simplemente robots que apretan el boton de grabar porque eso nos hace reemplazables por computadoras; somos gente que trabaja con gente y eso no se nos tiene que olvidar nunca.
Entonces ¿Qué puedo hacer?
La realidad es que podemos hacer muchas cosas, una de las primordiales es el dialogo. Hablar con la banda antes de que entren a grabar es muy pero muy importante. Tenemos que estar de acuerdo en los términos, es decir lo que ellos consideran aceptable y lo que no.
Por ejemplo llegue a escuchar acerca de bandas que no toleraban el reverb en sus grabaciones o que consideraban que la edición era ofensiva, muy a mi pesar esos eran sus términos.
A veces esos términos contradicen nuestras políticas (que a su vez por algo existen) sin embargo es nuestro deber lidiar con esa dificultad y tratar de que sea siempre para lograr buenas tomas y no morir en el intento.
Es obvio que a un ingeniero de grabación le conviene que los músicos graben todos con metrónomo y sean todos excelentes sin embargo nos va a tocar lidiar con gente que no cumple con esa expectativa y tenemos que aprender a salirnos de nuestros propios esquemas mentales para brindarles el mejor servicio posible.
¿Qué hago con el metrónomo?
Esta es quizás una de las preguntas más frecuentes respecto a la filosofía de grabar a una banda, el metrónomo es uno de los puntos de discordia más comunes.
Como es de esperar al ingeniero le va a convenir siempre que las bandas graben con metrónomo porque hacen nuestra tarea mucho más sencilla, sin embargo a veces tenemos que empatizar y pensar en que es lo que quiere lograr el músico y cual es la razón por la que quiere lograrlo.
Sin embargo nosotros tenemos una obligación moral de decirle las ventajas y desventajas de grabar con o sin metrónomo porque no es lo mismo grabar a una banda de jazz sin metrónomo que grabar a una banda que quiere sonar como Katy Perry sin metrónomo.
Esto implica que cada género musical tiene ciertos parámetros esperables y es nuestra obligación informar al músico si el género de música que él pretende lograr requiere un tempo ultra rígido o si es mas permisivo al respecto.
En otras palabras, tenemos que dialogar sobre las expectativas de nuestro cliente y además tenemos que pensar en el resultado que el imagina de su grabación y si vemos que sus expectativas están muy por encima de lo que pueden lograr nos corresponde concientizarlo al respecto y darle un baño de realidad para que no se choque con un resultado desastroso a causa de sus decisiones.
En un plano ideal una banda que grabe sin metrónomo tiene que tener un baterista que sea un relojito (aún en su propio tempo) y debe coincidir con el tempo general de la banda, de otra manera es muy complicado lograr resultados óptimos.
Por el contrario, si eligen grabar con metrónomo también deben tener en cuenta que su sección rítmica debe estar de cierta manera acostumbrada al uso del metrónomo porque aprender a tocar sobre un click en estudio puede ser muy frustrante.
Grabar en vivo: Ventajas y desventajas
Este es otro de los temas recurrentes a la hora de lograr una buena toma. ¿Cómo se cuando conviene grabar a una banda en vivo?
Para mí esta pregunta se resuelve al escuchar a la banda en vivo, si es una banda que transmite una energía única e irrepetible en vivo grabarlos por partes sería un absoluto desperdicio. Imaginemos a MC5 o a Chuck Berry grabado en estudio por separado, perderían todo lo que los hace únicos.
Ahora la realidad es que la mayoría de las bandas no funciona como las arriba mencionadas, sino por el contrario son más pulcras y prolijas. En ese caso es recomendable grabarlos por partes y en última instancia grabar la sección rítmica primero (batería, bajo) y posteriormente grabar el resto (guitarra, teclado etc) para finalmente grabar las voces.
En mi opinión personal una banda tiene que ser única e irrepetible en vivo para que valga la pena transmitir ese sentimiento, no importa si su tempo es perfecto o incluso si la afinación del cantante no es perfecta. Si nos cruzamos con una banda que transmite este «que se yo» en vivo es necesario que de alguna manera u otra esa esencia se vea plasmada en el resultado final.
No quiere decir que tenemos que grabar todo en vivo, grabar solamente la sección rítmica en vivo puede ser la respuesta por ejemplo.
El monitoreo: El enemigo del feeling
Otro de los problemas al tratar de conseguir buenas tomas es como se siente el músico al escucharse mientras graba. Esto porque el músico esta acostumbrado a escucharse en una situación de ensayo: Tiene al baterista a menos de 2 metros y al bajista al lado, el vocalista interactúa con la banda y así se suceden los ensayos.
En el estudio la situación es diferente: Como es obvio es imposible otorgarles la comodidad de grabarlos igual que en un ensayo, ya sea por cuestiones técnicas o por cuestiones de espacio.
Entonces ante esta situación la idea no es buscar la perfección técnica sino que en lo posible el músico se sienta lo más parecido posible a como se siente en la sala de ensayo.
Para esto necesitamos:
- Preparar mezclas para cada músico: Necesitamos que cada músico escuche lo que necesita escuchar para lograr buenas tomas. El cantante probablemente no necesite una sobredosis de bombo y el bajista probablemente no necesites una sobredosis de platos y así sucesivamente. Es importante trabajar sobre cada músico y sus necesidades.
- Efectos y compresión: Si es necesario tenemos que aplicar efectos y compresión exclusivos para las mezclas de monitoreo de manera de hacer lo más placentera posible la experiencia para el músico que graba.
- La mezcla para el cantante: Esta es quizás una de las mas difíciles pero tenemos que entender que la voz puede construir o destruir una canción por si sola por ende tenemos que asegurarnos de que el cantante se sienta como en casa a la hora de grabar.
Reamping: Un pequeño gran truco
Cuando grabamos es importante darles la opción a los músicos de equivocarse en sus decisiones sin que tengan el miedo a que estas sean irreversibles.
Con lo que respecta a guitarras, bajo, teclados es conveniente ofrecer el reamping que consiste en la posibilidad de reamplificar sus tomas con distintos amplificadores, de manera de conservar el feel de la grabación pero ir cambiando el sonido mismo.
Para ello vamos a necesitar grabar las tomas usando una caja directa lo que nos va a permitir volver sobre nuestros pasos y posibilitar al músico lograr una mayor conformidad con respecto al equipo elegido.
Mapas de tempo: ¿Por qué no?
Un error que puede ser muy común es considerar que porque un tema esta en cierto tempo debe permanecer así por el resto de la existencia, no nos tiene que parecer tan rara la idea de cambiar el tempo en alguna parte de la canción.
Por un lado existen bandas que componen deliberadamente en tempos distintos, en ese caso nos tenemos que sentar a discutir el momento exacto en donde el tempo o la métrica cambian.
Si tenemos por ejemplo un tema que tiene una parte donde el compás cambia a 7/4 podemos adecuar el mapa de tempo en nuestro DAW para que el músico escuche la acentuación del metrónomo como espera escucharlo, de esta manera nos aseguramos de ser necesario que el metrónomo no pierda validez en ninguna parte del tema y por otro lado conocer mejor la estructura del tema y los cambios pertinentes.
Si por un lado tenemos un tema que cambia de tempo en alguna parte sin cambiar de métrica tendríamos que fijarnos si el cambio no es producto de la ansiedad de los músicos y de ser una parte integral del «feeling» tenemos que tomarlo en cuenta e incorporarlo en la grabación.
Una comunicación efectiva:
Es cierto, el músico puede ser alguien especial y sin irnos por las ramas nosotros al grabar tenemos que tratar de comprender las razones que impulsan el comportamiento del músico, empatizar y comunicarle lo mejor posible lo que tenemos en mente teniendo cuidado de no herir sus sentimientos.
Tenemos que pensarlo en términos del bienestar general: No ganamos nada siendo insensibles y pedantes cuando podemos buscar un punto medio. Eso sí, tampoco se supone que seamos terapeutas, niñeras o similares. La idea es buscar el punto medio.
En otras palabras, decirle que su toma fue una reverenda mierda no va a hacer que su próxima toma sea la toma de ensueño. Si bien no está en la guía vocacional, los ingenieros de grabación/productores deben actuar de cierta manera como contención e ingresar en la mente de los intérpretes para lograr el mejor rendimiento posible.
Esto implica por supuesto ciertas veces lidiar con imbéciles intratables aunque también implica tratar con gente dispuesta a escuchar y a mejorar. La idea es encontrar el balance entre los extremos para que ambas partes salgan beneficiadas.
Motivación: Agua de las piedras
Con esto me refiero a que muchas veces nos vamos a encontrar con músicos que quizás no están a la altura de las expectativas profesionales y es de cierta manera nuestra misión lograr sacar «agua de las piedras», con esto me refiero a lograr lo mejor de ellos empujándolos a su límite.
Esto no se logra con puteadas o siendo negativos, la idea es hacer que cada músico se de cuenta de lo que debe transmitir y buscar que eso sea lo que se grabe. Si los resultados no son óptimos en términos técnicos pueden ser posteriormente retocados mediante la edición pero la expresividad no puede ser agregada por ningún proceso técnico (por lo menos no al día de la fecha).
Conclusiones:
El ingeniero de grabación tiene que ser multifacético, más aún tomando en cuenta el estado actual de la industria. Si bien la labor de lograr una buena toma le corresponde al productor musical muchas veces ante su ausencia tenemos que sacar lo mejor de los músicos a los que nos toca grabar.
Para lograrlo tenemos que tratar de ponernos en su lugar y pensar como ellos para poder empatizar con sus necesidades, miedos y expectativas para poder canalizarlas y lograr los resultados esperados.
No tenemos que desesperar o transmitirles nuestro nerviosismo a los músicos, por el contrario tenemos que ser agentes tranquilizadores y en lo posible hacer sentir al músico como en su casa aún cuando fuese su primera vez en un estudio.
La realidad es que no creo que existan respuestas definitivas pero los puntos tratados en esta guía me sirvieron mucho a mi, espero que hagan lo mismo por ustedes.
[divider_1px]
Si estás buscando un servicio de edición, mezcla o mastering, podés consultar en nuestro sitio web: Mezcla y Mastering Online | 7 Notas Estudio o en la sección Servicios del Blog.
[…] grabar las voces de un tema que ya tiene 24 pistas, como dijimos anteriormente la mejor manera de lograr una buena toma es que el intérprete se sienta cómodo y por ende para este tipo de configuraciones vamos a […]
[…] hablamos acerca de la importancia de una buena grabación y dimos algunos consejos acerca de como sacar lo mejor de una sesión de grabación, sin embargo […]
[…] suele suceder que los músicos se escuchen distinto a como están acostumbrados a escucharse perjudicando así su interpretación. Este fenómeno es más frecuente a la hora de grabar voces, una voz sin ningún tipo de […]