Cuando recién empezamos a mezclar nuestros propios temas o algunos temas de nuestros amigos, solemos estar disconformes con los resultados. Y aunque notemos que a medida pasa el tiempo vamos mejorando, esas mejoras pueden tener un techo si no le prestás atención a ciertos detalles que son muy comúnmente ignorados y que van a lograr un cambio radical en los resultados que podes llegar a lograr mezclando.
El mayor problema con estos defectos es que a veces no son para nada evidentes aunque si lo pensamos bien, todos los consejos acá vertidos no son otra cosa que la aplicación del sentido común. A pesar de eso, a mi me costó algún tiempo entender que era lo que no hacía bien o porque mis mezclas no sonaban iguales que las que me gustaban.
Entonces te doy 5 razones por las que no suenan bien tus mezclas:
1.- El enmascaramiento y la falta de filtros:
Tal vez uno de los problemas principales cuando comenzamos a mezclar es la sobrecarga, o el exceso de «información» en ciertas frecuencias, que esta dado cuando dos o más instrumentos comparten frecuencias (pensemos en el bombo y el bajo, por ejemplo)
Otro claro ejemplo de este fenómeno es la guitarra eléctrica aislada y en contexto. Si tocamos solos frente a nuestro amplificador tendemos a usar muchos bajos en la ecualización, el problema es si en un contexto de banda esa guitarra va a «cortar» como se dice coloquialmente, o si se va a pelear (frecuencialmente hablando) con el bajo logrando una bola ininteligible de sonido.
Este problema se soluciona aplicando filtros en el caso de la guitarra y bajo se le aplica un filtro pasa altos (HPF) a la guitarra con una pendiente de tal vez 6 o 12 dB/Octava. La frecuencia de corte se selecciona con ambos instrumentos sonando, se sube la frecuencia del filtro hasta aclarar esa zona.
Haciendo una analogía futbolera, existen jugadores «morfones» o que no largan la pelota ni con una orden judicial y existen jugadores que tienen mas conciencia de equipo. Los jugadores con conciencia de equipo resignan un poco de gloria personal a cambio de la gloria colectiva. En una mezcla es muy similar, todos tienen que relegar algo para que el resultado final sea óptimo.
El concepto de filtrado se puede llevar a la inmensa mayoría de las fuentes de audio y de esta manera liberar un espacio vital para que las bajas frecuencias puedan convivir en armonía.
2.- El exceso de ecualización aditiva:
Cuando aprendemos a usar los ecualizadores, generalmente tenemos la impresión de que si por ejemplo a una fuente le faltan agudos hay que buscar la frecuencia y agregarle hasta lograr el efecto deseado. Sin embargo el uso y abuso de este tipo de ecualización (aditiva) tiende a hacer que la mezcla pierda claridad y calidez, ya que es fácil ir subiendo frecuencias a un montón de instrumentos y hacer de esta práctica un circulo sin fin.
Sin embargo existe otra forma de ecualizar que consiste en quitar frecuencias (ecualización sustractiva). Por ejemplo si la faltan agudos a una fuente, buscar de quitarle graves o medios graves, hasta hacer que los agudos empiecen a resaltar.
Otro uso clave es cuando necesitamos liberar espacio en los medios graves (zona en la cual muchos instrumentos comparten gran carga de energía y que provoca falta de claridad, o mud) buscamos alguna frecuencia que suene mal y le quitamos algunos decibeles.
3.- La mezcla hacia arriba:
Otra forma de hacer que una mezcle empiece a distorsionar rápidamente, pierda claridad y profundidad, entre otras cosas, es lo que se denomina como mezclar hacia arriba. Con esto nos referimos a que si por ejemplo estamos ante una situación que las guitarras necesitan estar más fuerte, la lógica nos dice que le subamos el nivel a las mismas, pero esto va a hacer que después tengamos que subirle a la batería, al bajo, a la voz y así en un círculo.
Afortunadamente hay otra forma de manejar la situación y consiste en bajar los demás instrumentos en vez de subirle al que queremos, para que así se perciba al instrumento al que queríamos subirle el volumen como sonando más fuerte.
Lo primero que tendemos a pensar cuando leemos o se nos comenta de esta forma de mezcla es que es lo mismo que subir volumenes pero al revés. Lo que no entendemos es que no es la función de la mezcla tener todos los volúmenes a tope, y hasta diría que no es importante sino que la función de esta es que en el contexto las cosas se entiendan.
En principio puede parecer un proceso más difícil o largo, pero lo cierto es que una vez nos acostumbramos a hacerlo de esta manera lo incorporamos a nuestra manera de mezclar, se van a notar cambios grandes en nuestras mezclas.
4.- La falta de Headroom:
Este problema viene de la mano con el anterior problema ya que en audio tenemos que pensar que a los parlantes se le entrega una potencia sola, la misma se tiene que dividir en las distintas bandas de frecuencia (por ejemplo graves, medios, agudos) y por lo tanto si tenemos una zona frecuencial excedida en la mezcla vamos a estar consumiendo potencia de las otras bandas frecuenciales y cuando querramos que se noten esas otras frecuencias lo vamos a lograr pero acompañado de un alto nivel de distorsión y esto no es para nada agradable.
Para lograr mezclas con mayor headroom, que suenen limpias y tengan claridad, debemos hacer todo lo posible para mantener los niveles óptimos en nuestra cadena de audio, esto es estar siempre dentro de los niveles nominales (niveles para los cuales los equipos trabajan de la mejor manera).
Una práctica que resulta útil es por ejemplo si vamos a ecualizar en forma aditiva, es emparejar la señal a la salida para no tener aumentos significativos en el nivel con respecto a la entrada. Así mismo hacerlo al comprimir, comprimir pero simplemente a la salida igualar el nivel del entrada.
5.- El exceso de procesamiento individual:
Con esto nos referimos a cuando le pedimos a un plugin que comprima por ejemplo 10-15 dB, sin tener en cuenta que no están diseñados para este fin.
En el ámbito digital conviene un procesamiento moderado, por ejemplo al comprimir buscar 3-6 dB de atenuación usando un solo plugin, si depués necesitamos más, usamos otro compresor en serie.
Lo mismo se aplica a la ecualización, los ecualizadores y específicamente los del tipo correctivo, no están pensados para hacer grandes incrementos de ganancia más bien para cambios graduales, ya que empiezan a sonar poco naturales y a restar más que lo que están haciendo.
Conclusiones:
Estos son solo algunos de los problemas mas comunes a la hora de encarar las mezclas que se suelen repetir hasta el hartazgo en las producciones amateur.
También queremos notar que el uso de hardware no es en si una ventaja para tus mezclas y las mezclas no mejoran por tener ecualizadores y compresores por el valor de un Lamborghini. El hardware representa una herramienta que en las manos adecuadas puede hacer maravillas pero eso no implica que no se puedan lograr cosas superlativas sin él.
Pensemos en Lionel Messi por citar un ejemplo, el uso de botines de avanzada mejoraría su nivel de juego en un 4% (es ficticio obviamente) cosa que no representa la diferencia de precio con los botines desgastados o directamente jugar descalzo. Esto quiere decir que la herramienta es una parte de la ecuación que puede o no tener una influencia muy importante.
No me opongo para nada al uso de hardware analógico para mezclar o masterizar pero considero que no hay que torturarse psicológicamente si no tenemos procesadores prohibitivos porque hasta ahora no vi un martillo construyendo hoteles o una super-computadora programándose sola.
Como siempre, la práctica hace al maestro: Mezclen mucho y no dejen el sentido crítico de lado. Tampoco dejen de estudiar y aprender que es lo único que nos hace crecer a todos.
Saludos y a mezclar!
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